domingo, 7 de septiembre de 2014

LOS ANDENES LIMEÑOS

Al viajar por distintos lugares de la sierra peruana podemos observar los cerros con sus andenes de piedra, donde nuestros antepasados solucionaron el problema de la falta espacio para desarrollar agricultura a través de la modificación de las condiciones empinadas con la  construcción de “gradas o escalones” a lo largo de las laderas. Los andenes vienen a ser terrazas construidas en las laderas de los cerros y sostenidas por muros de piedra, lo que asegura que la tierra no se desmorone y permita el cultivo de todo tipo de plantas.
 Cultivo de hortalizas en andenes - Puente Piedra

Esta técnica permite el cultivo en lugares donde es difícil que las plantas puedan crecer y establecerse pues en las laderas de cerros empinados hay problemas de erosión del suelo, es decir, el agua de riego produciría que el suelo se desmorone dejando al descubierto las raíces ó enterrando las plantas ubicadas en las partes inferiores, por ello, también es muy útil para evitar “huaycos” o deslizamientos de tierra y piedras durante las épocas de lluvia. Otra ventaja de esta técnica es que se aprovecha al máximo la iluminación evitando la competencia entre plantas, pues las plantas que crecen en las terrazas superiores no producen sombra a las plantas de las terrazas inferiores.
Corte transversal de un anden de la sierra

Al visitar distintos lugares dentro de Lima he podido encontrar andenes, los cuales fueron construidos por personas naturales de la Sierra, los cuales aplicaron, en estas condiciones, la misma técnica que aprendieron de sus padres o abuelos. Como saben, la ciudad de Lima se encuentra bordeada por el este de una cadena de cerros donde la gente se ha establecido para vivir, uno podría pensar que aquí no podría hacerse agricultura, sin embargo, la sabiduría de nuestros antepasados nos dice lo contrario, pues las plantas crecen muy bien llegando a obtenerse abundante cosechas.
Cultivos asociados en andenes - Villa María del Triunfo

Recomendaciones para la instalación y uso de andenes en Lima
ü  Antes de instalar los andenes se debe evaluar el material del suelo, pues un terreno muy arenoso facilitaría los deslizamientos, en cambio, un suelo muy pedregoso costaría mayor esfuerzo. He observado que en una buena parte de cerros el material predominante es la arena gruesa (de la que se usa en la construcción), este suelo no es bueno para la agricultura porque se endurece al secarse y no permite el desarrollo de raíces; lo que se debe hacer es, una vez construidos los andenes, reemplazarlo por suelo cultivable.
ü  El material de los muros laterales puede ser a base de piedras con ángulos, evitando las redondeadas porque no encajarían adecuadamente, además la altura los muros puede ser entre 1 – 1.5 metros y el ancho de la terraza puede variar entre 1.5 – 2.5 metros, dependiendo de lo empinado del cerro.
ü  El suelo cultivable lo podemos obtener de la mezcla de tierra, compost y paja picada, todos en las mismas proporciones o volúmenes. La tierra favorecerá la presencia de microorganismos, el compost permitirá la absorción de agua y la fertilidad del suelo, y la paja picada evitará el endurecimiento del suelo y la retención de humedad.
ü  En la sierra el riego de los andenes se hace a través de la lluvia, en cambio, en Lima como hay ausencia de lluvias intensas, se debe regar con mangueras o baldes, sobretodo en el verano, pues en el invierno la humedad, en forma de neblina, que asciende del mar choca con los cerros y se vuelve a convertir en agua, sirviendo para humedecer los suelos de las terrazas. Se recomienda el uso de surcos para favorecer el riego y también el uso de coberturas vegetales en el verano para evitar que la desecación rápida del suelo.
ü  Casi todos los cultivos prosperan muy bien con esta técnica, desde hortalizas hasta frutales, sin embargo para un mejor crecimiento y evitar la competencia entre cultivos se recomienda que los frutales (plátano, naranjo, etc.) se siembren en las terrazas bajas, las hortalizas de hoja (lechuga, acelga, perejil, etc.) en las terrazas medias y las que producen frutos (rocoto, tomate, etc.) en las superiores.

jueves, 4 de septiembre de 2014

EL AJO: REPELENTE NATURAL DE PLAGAS EN EL BIOHUERTO

Siempre que uno empieza a instalar y manejar un biohuerto, hay un miedo natural y es que los gusanos y las enfermedades acaben con todas nuestras plantas y no podamos hacer nada; Por ello, es que muchos recurren al uso de productos químicos para matar a las plagas, sin saber que está manipulando venenos que pueden contaminar al medio ambiente y a nosotros cuando consumamos el producto cosechado.
 Dientes de ajo (semillas vegetativas)

Dentro de las técnicas de control natural de plagas está el uso de plantas con un efecto repelente, producto de una sustancia que aleja a los gusanos u otros insectos que dañan las plantas reduciendo su calidad. Dentro de esas plantas está el ajo, el cual dentro de la agricultura tiene muchas ventajas de uso por las siguientes razones:
ü  Por cada cabeza de ajo se pueden obtener entre 8 – 12 semillas o dientes, los cuales germinan rápidamente al encontrar humedad en el suelo.
ü  Posee sustancias pungentes (que ocasionan lagrimeo en los ojos de los animales), destacando la alina y compuestos ricos en azufre, los cuales producen el efecto repelente.
ü  Apenas se coloca dentro del suelo, ya empieza a repeler a los gusanos de tierra, los cuales de día están escondidos entre la tierra y hojarasca, y de noche salen de su escondite para cortar los brotes y las hojas de plantas tiernas.
ü  También evita el ataque de los nematodos dentro del suelo, los cuales, dañan las raíces (deformándolas) alterando la normal absorción de nutrientes minerales y del agua.
ü  El periodo de vida de la planta bajo las condiciones de Lima – Perú se encuentra entre los 6 – 10 meses, además por su facilidad de trasplante, apenas se acabe el cultivo de cualquier hortaliza se puede trasplantar las plantas de ajo a otras parcelas donde están creciendo otros cultivos.
ü  Se puede asociar con otras hortalizas sin interferir en su crecimiento dado su porte vertical sin causar sombra en las plantas vecinas.
ü  No es del agrado de las aves, a diferencia de otros cultivos que apenas germinan son picoteados por ellas, matándolos.
Parcelas vecinas: La primera sembrada con ajo y la segundo no

Para la asociación con otras hortalizas se pueden seguir los siguientes pasos:
ü  Se separan los dientes de una cabeza de ajo y se procede a sembrarlos en parcelas donde recién se ha sembrado o trasplantado otra hortaliza. La siembra se realiza en la parte baja del surco en la zona húmeda (por donde ha discurrido el agua de riego).
ü  La siembra se puede hacer entre dos plantas de cualquier hortaliza o cada 20 – 30 cm. a lo largo de surco, intercalando con otros cultivos.
ü  Al cabo de 10 – 15 días empezarán a emerger las hojas alargadas, las cuales crecerán rápidamente, por eso, luego de un mes se deben aporcar las plantas, es decir, amontonar tierra en la base de las plantas para mejorar el enraizado, la formación de la cabeza y el crecimiento vertical.
ü  Para trasladar las plantas a otra parcela se debe regar primero y luego, con cuidado se extraen con ayuda de una lampa de mano, antes de sembrarlas se debe contar las hojas a la mitad para evitar la transpiración de la planta y estimular la aparición de nuevas hojas.
Plantas de ajo listas para el trasplante

lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS PURINES ANIMALES Y SU USO EN EL BIOHUERTO

Aunque el término reúne una diversidad de productos de diferente composición y forma de obtención, los purines vienen a ser los residuos líquidos de origen orgánico que provienen de dos fuentes: Vegetal, animal y/o su combinación. Las formas de obtención vienen a ser:
Fuente vegetal: Macerados de restos vegetales (raíces, tallos, hojas y flores.)
Fuente animal: Orina de animales, líquidos derivados de la descomposición de restos de animales y/o su estiércol.
Purines de origen animal (Compost)

La forma mas común de obtener los purines de origen animal es a través de la colecta de los orines de los animales de granja criados en jaulas donde debajo del falso piso se colocan bandejas que recepcionen la orina y el estiércol apenas es evacuado por el animal. Por lo general la crianza de cuyes y conejos facilita el desarrollo de esta actividad. Otra forma de obtención es a través del compostaje sobre el suelo, cuando al instalar un montón o pila compostera que alterna capas de estiércol y de restos vegetales, se procede a regar desde arriba y se observa que en la parte inferior emana un líquido de color oscuro, el cual se pierde, al ser absorbido por el suelo si es que no se coloca un sistema de captación.
Captación de purines a través de jaulas

Los purines tienen tres usos dentro de la agricultura ecológica:
Como abono líquido foliar: Pues, por sus contenidos elevados de nitrógeno, fósforo y potasio en forma disponible, dependiendo de la fuente de donde provienen; pueden ser rápidamente absorbidos por las hojas de las plantas y permiten corregir deficiencias; por lo que se recomienda en plantas grandes como tomate, ají, maíz, etc.

Como abono líquido al suelo: Aplicado junto con el agua de riego, permite la absorción de las raíces y su posterior traslado a las hojas, se recomienda su uso en plantas pequeñas y de rápido crecimiento como culantro, rabanito, etc. También se usa junto con los estiércoles para reactivar la actividad microbiana benéfica del suelo y favorecer su fertilidad (se mejora la absorción de nutrientes).

Como fungicida: Debido a sus compuestos (ácido úrico y presencia de sales) que poseen propiedades anti-fúngicas o controladoras de hongos es utilizado como medicamento para evitar y curar la presencia de manchas oscuras en hojas y frutos pequeños, cabe destacar que estas enfermedades se producen en climas tropicales.

Dado el contenido elevado de ácido úrico en los purines, proveniente del metabolismo del nitrógeno dentro del cuerpo de los animales, y de sales provenientes de la limpieza del organismo de parte de los riñones, no se debe aplicar en estado puro pues puede quemar las hojas, es decir, produce marchitez porque los tejidos de las hojas son sensible a estos compuestos; por eso se debe diluir en agua, siendo una dosis recomendable diluir una medida de purines en cinco medidas de agua; por ejemplo: Una taza de purines se mezcla con cinco tazas de agua, un litro de purines se mezcla con cinco litros de agua, etc. Las aplicaciones se deben realizar cada semana como curativo de hongos o cada dos semanas como abono y siempre con un rociador que produzca gotas finas para que se adhieran con facilidad a los tejidos vegetales. 
Aplicación de purines diluidos en agua