martes, 7 de junio de 2011

¿QUÉ UTILIZO PARA APLICAR LOS PREPARADOS CASEROS?

Los preparados caseros son sustancias elaboradas con productos que poseen algún ingrediente activo natural que impide el normal desarrollo de una plaga o enfermedad que ataca al cultivo, produciendo que este deje de causar daño.

Los preparados caseros más utilizados en un biohuerto son elaborados a base de hojas de ortiga, cola de caballo, ajenjo, extracto de rocoto, ceniza, bicarbonato de sodio, etc. Para la elaboración de estos preparados se requiere de agua para poder diluir el ingrediente activo y facilitar así su aplicación a las plantas; sin embargo, surge la duda sobre cuál es el mejor equipo que se necesita para poder realizar su adecuada aplicación.

En primer lugar se debe saber que la mejor forma de aplicación se realiza cuando las gotas que caen sobre las plantas son lo más pequeñas posible (también llamado pulverización del liquido) esto favorece que se pueda abarcar mayor cantidad de área en una sola aplicación y se adhieran con facilidad sobre las hojas, flores y frutos, pues si las gotas fueran más grandes, por la fuerza con que caen, rebotarían y caerían al suelo, sin lograr el control adecuado. Además se debe disminuir la fuerza con que cae el líquido sobre las plantas, por ello en lugar de una sola gota grande con fuerza se debe descomponer esta en miles de gotas pequeñas con menor fuerza de impacto.

Por ello es que se utilizan equipos capaces de convertir el chorro de agua en pequeñas gotas, esto se realiza a través de una fuerza de presión accionada por un movimiento continuo de succión que se va a encargar de bombear el agua hasta una apertura o boquilla especial que va a permitir la formación de gotas finas.

En el mercado existe una gran variedad de equipos que se encargan de pulverizar los líquidos a gotas finas, estas son las llamadas pulverizadoras cuando la gota es muy fina o rociadoras cuando la gota es un poco más grande que las de las pulverizadoras, ambas se presentan desde equipos simples y manuales hasta sofisticados y automáticos. La decisión sobre cuál es el mejor depende sin duda del área que se va a aplicar, pues los más pequeños y simples se usan para superficies menores a 3 m2 e incluso para macetas, las medianas para áreas que van entre 4 – 60 m2 y las de mochila o de tanque grande para áreas superiores.

Vamos a ver las características de algunos ejemplos de estos equipos según su tamaño:

Rociadores de mano
Es el más común y más fácil de encontrar pues se vende en cualquier mercado o ferretería a un precio muy bajo. La ventaja de su uso es que es muy práctico, solo hay que jalar del gatillo para hacer que funcione y es liviano, por lo que se puede llevar a cualquier lugar, además se usa en áreas pequeñas. La desventaja se basa en que dura muy poco pues se obstruye con facilidad debido a que los preparados caseros presentan algunas partículas más grandes (polvo, tierra, restos de hojas, etc.) Para evitar esto es necesario tamizar (colar) varias veces el preparado con alguna tela y golpear ligeramente el rociador contra la pared hasta que se desatore.

Rociadores o pulverizadores medianos
Se pueden encontrar solo en tiendas especializadas en productos para la jardinería. Existen diferentes modelos; la ventaja se su uso es que permiten una mayor área de aplicación, muy pocas veces se obturan (taponan) y no es necesario estar accionando continuamente el sistema generador de presión. Sin embargo, la desventaja es que tienen mayor peso por lo que no son muy prácticos, incluso algunos requieren de un balde con agua al costado como depósito del liquido.


Rociadores o pulverizadores de mochila
Se encuentran solo en tiendas de productos para la jardinería. Existen en varios modelos y según su volumen de tanque se puede encontrar de 16, 18 y 20 litros de capacidad, además del uso de motores que evitan estar continuamente generando presión a través del movimiento. La ventaja es que permite la aplicación de grandes áreas (400 – 500 m2) por tanque lleno y una mayor duración de uso que puede ser incluso de años. La desventaja es su elevado peso sobre la espalda que dificulta el movimiento, sobre todo cuando el campo está húmedo, además de su elevado costo por ser un equipo sofisticado.

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